Protección Jurídica de los Super Heroes Licencias en Marvel
La protección que otorgan las licencias
Como titular de los derechos de propiedad intelectual sobre sus obras creativas, Marvel ha podido aprovechar el valor comercial de sus superhéroes mediante una serie de acuerdos de licencia muy rentables. Estos acuerdos definen y estructuran la relación comercial entre el licenciatario y el licenciante, y establecen las condiciones por las que un fabricante puede producir, por ejemplo, un juguete con la imagen de un personaje determinado.
Desde finales de la década 1970 hasta los inicios de la década de 1990, la estrategia de Marvel de concesión de licencias le permitió llevar sus personajes más allá de los cómics a múltiples formatos audiovisuales, como largometrajes, series de televisión y videojuegos. Actualmente, el alcance de la estrategia de comercialización de Marvel no tiene límites, y puede incluir cualquier cosa, desde juguetes hasta perfumes y desde ropa a autos de lujo. Durante este período, Marvel vendió a los grandes estudios opciones para producir películas basadas en sus personajes. A pesar del éxito de su estrategia de concesión de licencias de sus personajes, Marvel también tenía ganas de adquirir el control completo sobre sus activos creativos y una mayor participación en los ingresos de taquilla generados por estas películas. La creación de Marvel Studios en agosto de 1996 supuso un paso importante para lograr este objetivo.
El Universo Marvel se compone de una fantástica variedad de personajes emblemáticos. Si bien la mayoría de los superhéroes de Marvel tienen su propio cómic y línea argumental, con frecuencia sus vidas se entrelazan en el Universo Marvel.
Adaptar estas historias cruzadas de estos cómic a una película de acción sería un reto para Marvel, debido en buena medida a su énfasis inicial de concesión de licencias de sus personajes a los principales estudios de cine. Por ejemplo, Marvel concedió licencias de Hulk a Universal Pictures, que estrenó la película Hulk, dirigida por Ang Lee, en 2003, y de los derechos cinematográficos de los personajes que aparecen en las películas X-Men (estrenada en 2000) y Los Cuatro Fantásticos (estrenada en 2005) a 20th Century Fox. Estos últimos estudios todavía poseen una licencia sobre los personajes que aparecen en estas películas.
Marvel Studios ha podido recuperar los derechos cinematográficos de suficientes personajes de primera línea como para formar el equipo de superhéroes emblemáticos que aparecen en su éxito de taquilla Los Vengadores.
En 2005, Marvel recuperó los derechos para el cine de Iron Man, en poder de New Line Cinema, cuya opción había expirado después de varios años de preparación infructuosos. Esto allanó el terreno para el lanzamiento con éxito de las películas Iron Man y Iron Man 2, en 2008 y 2010, respectivamente. Tambien en 2005 Marvel Studios recuperó los derechos de producción en cine de Hulk tras caducar la licencia de la Universal al no realizar una secuela de la película de 2003 que dirigió Ang Lee, sin embargo aún no ha recuperado los derechos sobre la distribución, por tal razón Marvel no se ha arriesgado ha realizar una secuela de Planet Hulk o The Incredible Hulk , pues Universal puede decidir si distribuye o no una secuela de Hulk creada por Disney y Marvel, así las cosas mientras estas compañias no arregle la cuestión relacionada con los derechos de destribución han decidido mantener a Hulk como personaje secundario de sus peliculas como ha sucedido en las dos versiones de la saga The Avengers, como tambien en Thor: Ragnarok (2017).
Ahora con respecto a la compra de Fox por parte de Disney, pero existe un elemento que todos edábamos por hecho y que no está del todo claro: los derechos para cine de los Fantastic Four. ¿Los derechos no pertenecen a Fox? Sí y no. Para entender el problema debemos remontarnos a finales de los años ochenta, cuando Marvel Comics vivía una de sus muchas crisis financieras, que la tuvieron al borde de la quiebra en incontables ocasiones en los años posteriores (y sí, incluso en un momento DC estuvo tentada a comprar a Marvel).
Para intentar mejorar sus finanzas, Marvel creó Marvel Films, una división de la editorial que se dedicaba únicamente a vender las licencias de las franquicias al mejor postor. Así, después de duras negociaciones producto de que los estudios no confiaban plenamente en el potencial del cine de superhéroes, lograron vender las licencias de Spider-Man a Sony, aunque actualmente logró un acuerdo con esta empresa y por eso se ha podido realizar algunas peliculas con este aragnido personaje, las de X-Men y Daredevil a 20th Century Fox, además de Hulk y Namor a Universal. La única licencia importante que les quedaba por vender era Fantastic Four (sí, en ese tiempo Thor, Iron Man e incluso Capitán América eran considerados héroes de segunda categoría), pero tenían un pequeño problema: Stan Lee.
A pesar de que ya no tenía tanto peso dentro de la empresa, Marvel acordó con Stan Lee dejarle la tarea de encontrar postor para Fantastic Four por ser el cómic que lo lanzó a la fama. En 1983 Lee acudió a su amigo Bernd Eichinger, en ese entonces CEO de Constantine Films y un importante productor de cine alemán, que tenía como mayor carta de presentación ser el productor principal de Der Name der Rose (El nombre de la rosa), la película basada en la novela de Umberto Eco y estelarizada por Sean Connery. Stan Lee, que siempre ambicionó ser un escritor serio y estaba impresionado con la actitud intelectual del alemán, pensó que la franquicia estaría bien resguardada en la compañía de Eichinger, por lo que firmó un acuerdo en el que Marvel le cedía los derechos cinematográficos (de producción) de los Fantastic Four y Silver Surfer a Constantine Films por tan sólo 250,000 dólares. El acuerdo se cerró en 1986, e incluía una clausula que establecía que, si cada 7 años el estudio alemán no producía una cinta con los personajes, los derechos regresarían a Marvel.
En ese tiempo, antes del boom de las películas de superhéroes, Eichinger no le dio mucha importancia a la película, pero el abrumador éxito de Batman y Batman Returns lo llevaron, en 1992, a realizar al vapor un bodrio que nunca se estrenó en cines, ni paso por la televisión, la infame primer película de Fantastic Four a cargo de Roger Corman. La película es tan mala que Avi Arad, uno de los directivos de Marvel Films, compró los derechos de distribución de la película sólo para evitar que se proyectara en cualquier formato y destruyó todas las copias de la cinta. Desde entonces el filme sólo se ha exhibido en convenciones de cómics (de manera ilegal) y representó perdidas para Eichinger, pero le permitió mantener los derechos de los personajes en el cine.
Antes de que concluyera el siglo XX, a punto de volver a expirar los derechos de los Fantastic Four, Eichinger quedó maravillado por el éxito comercial de la primera película de los X-Men y se acercó a 20th Century Fox para sondear si estarían interesados en co-producir una película de los Fantastic Four.
Constantin Films y 20th Century Fox llegaron a un acuerdo, que les permitió tener una extensión del contrato de la productora alemana con Marvel pagando una multa, y comenzaron la pre producción de lo que terminó siendo la cinta del 2005 protagonizada por Ioan Gruffudd, Jessica Alba, Chris Evans, Michael Chiklis y Julian McMahon. Para cerrar el acuerdo, 20th Century Fox tuvo que pagar al estudio de Eichinger y a Marvel una cantidad no revelada, que le daba los derechos de distribución de todas las películas de los Fantastic Four por venir. Es decir, Fox no tiene los derechos para realizar las películas, pero sí para llevarlas a las salas de cine o a la televisión. Con esto, Fox aseguraba ser una importante financiamiento para las películas comerciales de Constantine Films, que posteriormente lanzó cintas interesantes como (La Caída).
Así, hasta hoy Constantine Films mantiene los derechos de producción de Fantastic Four, y Fox los de distribución (que en teoría son más frágiles). Con la compra de Fox, Disney compró en automático los derechos de distribución de las futuras películas de Fantastic Four (así como los derechos de las películas viejas de los personajes). Con esto, a pesar de no tener de entrada los derechos de producción de las películas de la familia fantástica, tiene todo para decidir el destino creativo de los personajes en el cine, similar al acuerdo que cerró con Sony y Spider-Man.
Incluso Disney mencionó a los Fantastic Four en el comunicado oficial de la compra de Fox:
“El acuerdo brinda a Disney la oportunidad de reunir a X-Men, Fantastic Four y Deadpool con la familia Marvel bajo un mismo techo y crear mundos más ricos y complejos de personajes interrelacionados e historias que las audiencias han demostrado que aman”.
Por si fuera poco, Constantine Films se encuentra pasando una fuerte crisis financiera, y desde el año pasado se está planteando vender su división cinematográfica, incluyendo sus licencias, para concentrarse en sus canales deportivos (sí, igual que Fox). Así que no sería nada raro que Disney les ofreciera una cantidad respetable para controlar completamente a los Fantastic Four… o simplemente negarse a distribuir sus película y ahogarla lentamente.
La protección que otorgan las licencias
Como titular de los derechos de propiedad intelectual sobre sus obras creativas, Marvel ha podido aprovechar el valor comercial de sus superhéroes mediante una serie de acuerdos de licencia muy rentables. Estos acuerdos definen y estructuran la relación comercial entre el licenciatario y el licenciante, y establecen las condiciones por las que un fabricante puede producir, por ejemplo, un juguete con la imagen de un personaje determinado.
Desde finales de la década 1970 hasta los inicios de la década de 1990, la estrategia de Marvel de concesión de licencias le permitió llevar sus personajes más allá de los cómics a múltiples formatos audiovisuales, como largometrajes, series de televisión y videojuegos. Actualmente, el alcance de la estrategia de comercialización de Marvel no tiene límites, y puede incluir cualquier cosa, desde juguetes hasta perfumes y desde ropa a autos de lujo. Durante este período, Marvel vendió a los grandes estudios opciones para producir películas basadas en sus personajes. A pesar del éxito de su estrategia de concesión de licencias de sus personajes, Marvel también tenía ganas de adquirir el control completo sobre sus activos creativos y una mayor participación en los ingresos de taquilla generados por estas películas. La creación de Marvel Studios en agosto de 1996 supuso un paso importante para lograr este objetivo.
El Universo Marvel se compone de una fantástica variedad de personajes emblemáticos. Si bien la mayoría de los superhéroes de Marvel tienen su propio cómic y línea argumental, con frecuencia sus vidas se entrelazan en el Universo Marvel.
Adaptar estas historias cruzadas de estos cómic a una película de acción sería un reto para Marvel, debido en buena medida a su énfasis inicial de concesión de licencias de sus personajes a los principales estudios de cine. Por ejemplo, Marvel concedió licencias de Hulk a Universal Pictures, que estrenó la película Hulk, dirigida por Ang Lee, en 2003, y de los derechos cinematográficos de los personajes que aparecen en las películas X-Men (estrenada en 2000) y Los Cuatro Fantásticos (estrenada en 2005) a 20th Century Fox. Estos últimos estudios todavía poseen una licencia sobre los personajes que aparecen en estas películas.
Marvel Studios ha podido recuperar los derechos cinematográficos de suficientes personajes de primera línea como para formar el equipo de superhéroes emblemáticos que aparecen en su éxito de taquilla Los Vengadores.
En 2005, Marvel recuperó los derechos para el cine de Iron Man, en poder de New Line Cinema, cuya opción había expirado después de varios años de preparación infructuosos. Esto allanó el terreno para el lanzamiento con éxito de las películas Iron Man y Iron Man 2, en 2008 y 2010, respectivamente. Tambien en 2005 Marvel Studios recuperó los derechos de producción en cine de Hulk tras caducar la licencia de la Universal al no realizar una secuela de la película de 2003 que dirigió Ang Lee, sin embargo aún no ha recuperado los derechos sobre la distribución, por tal razón Marvel no se ha arriesgado ha realizar una secuela de Planet Hulk o The Incredible Hulk , pues Universal puede decidir si distribuye o no una secuela de Hulk creada por Disney y Marvel, así las cosas mientras estas compañias no arregle la cuestión relacionada con los derechos de destribución han decidido mantener a Hulk como personaje secundario de sus peliculas como ha sucedido en las dos versiones de la saga The Avengers, como tambien en Thor: Ragnarok (2017).
Ahora con respecto a la compra de Fox por parte de Disney, pero existe un elemento que todos edábamos por hecho y que no está del todo claro: los derechos para cine de los Fantastic Four. ¿Los derechos no pertenecen a Fox? Sí y no. Para entender el problema debemos remontarnos a finales de los años ochenta, cuando Marvel Comics vivía una de sus muchas crisis financieras, que la tuvieron al borde de la quiebra en incontables ocasiones en los años posteriores (y sí, incluso en un momento DC estuvo tentada a comprar a Marvel).
Para intentar mejorar sus finanzas, Marvel creó Marvel Films, una división de la editorial que se dedicaba únicamente a vender las licencias de las franquicias al mejor postor. Así, después de duras negociaciones producto de que los estudios no confiaban plenamente en el potencial del cine de superhéroes, lograron vender las licencias de Spider-Man a Sony, aunque actualmente logró un acuerdo con esta empresa y por eso se ha podido realizar algunas peliculas con este aragnido personaje, las de X-Men y Daredevil a 20th Century Fox, además de Hulk y Namor a Universal. La única licencia importante que les quedaba por vender era Fantastic Four (sí, en ese tiempo Thor, Iron Man e incluso Capitán América eran considerados héroes de segunda categoría), pero tenían un pequeño problema: Stan Lee.
A pesar de que ya no tenía tanto peso dentro de la empresa, Marvel acordó con Stan Lee dejarle la tarea de encontrar postor para Fantastic Four por ser el cómic que lo lanzó a la fama. En 1983 Lee acudió a su amigo Bernd Eichinger, en ese entonces CEO de Constantine Films y un importante productor de cine alemán, que tenía como mayor carta de presentación ser el productor principal de Der Name der Rose (El nombre de la rosa), la película basada en la novela de Umberto Eco y estelarizada por Sean Connery. Stan Lee, que siempre ambicionó ser un escritor serio y estaba impresionado con la actitud intelectual del alemán, pensó que la franquicia estaría bien resguardada en la compañía de Eichinger, por lo que firmó un acuerdo en el que Marvel le cedía los derechos cinematográficos (de producción) de los Fantastic Four y Silver Surfer a Constantine Films por tan sólo 250,000 dólares. El acuerdo se cerró en 1986, e incluía una clausula que establecía que, si cada 7 años el estudio alemán no producía una cinta con los personajes, los derechos regresarían a Marvel.
En ese tiempo, antes del boom de las películas de superhéroes, Eichinger no le dio mucha importancia a la película, pero el abrumador éxito de Batman y Batman Returns lo llevaron, en 1992, a realizar al vapor un bodrio que nunca se estrenó en cines, ni paso por la televisión, la infame primer película de Fantastic Four a cargo de Roger Corman. La película es tan mala que Avi Arad, uno de los directivos de Marvel Films, compró los derechos de distribución de la película sólo para evitar que se proyectara en cualquier formato y destruyó todas las copias de la cinta. Desde entonces el filme sólo se ha exhibido en convenciones de cómics (de manera ilegal) y representó perdidas para Eichinger, pero le permitió mantener los derechos de los personajes en el cine.
Antes de que concluyera el siglo XX, a punto de volver a expirar los derechos de los Fantastic Four, Eichinger quedó maravillado por el éxito comercial de la primera película de los X-Men y se acercó a 20th Century Fox para sondear si estarían interesados en co-producir una película de los Fantastic Four.
Constantin Films y 20th Century Fox llegaron a un acuerdo, que les permitió tener una extensión del contrato de la productora alemana con Marvel pagando una multa, y comenzaron la pre producción de lo que terminó siendo la cinta del 2005 protagonizada por Ioan Gruffudd, Jessica Alba, Chris Evans, Michael Chiklis y Julian McMahon. Para cerrar el acuerdo, 20th Century Fox tuvo que pagar al estudio de Eichinger y a Marvel una cantidad no revelada, que le daba los derechos de distribución de todas las películas de los Fantastic Four por venir. Es decir, Fox no tiene los derechos para realizar las películas, pero sí para llevarlas a las salas de cine o a la televisión. Con esto, Fox aseguraba ser una importante financiamiento para las películas comerciales de Constantine Films, que posteriormente lanzó cintas interesantes como (La Caída).
Así, hasta hoy Constantine Films mantiene los derechos de producción de Fantastic Four, y Fox los de distribución (que en teoría son más frágiles). Con la compra de Fox, Disney compró en automático los derechos de distribución de las futuras películas de Fantastic Four (así como los derechos de las películas viejas de los personajes). Con esto, a pesar de no tener de entrada los derechos de producción de las películas de la familia fantástica, tiene todo para decidir el destino creativo de los personajes en el cine, similar al acuerdo que cerró con Sony y Spider-Man.
Incluso Disney mencionó a los Fantastic Four en el comunicado oficial de la compra de Fox:
“El acuerdo brinda a Disney la oportunidad de reunir a X-Men, Fantastic Four y Deadpool con la familia Marvel bajo un mismo techo y crear mundos más ricos y complejos de personajes interrelacionados e historias que las audiencias han demostrado que aman”.
Por si fuera poco, Constantine Films se encuentra pasando una fuerte crisis financiera, y desde el año pasado se está planteando vender su división cinematográfica, incluyendo sus licencias, para concentrarse en sus canales deportivos (sí, igual que Fox). Así que no sería nada raro que Disney les ofreciera una cantidad respetable para controlar completamente a los Fantastic Four… o simplemente negarse a distribuir sus película y ahogarla lentamente.
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