Propiedad Intelectual en el Street Art Parque Chicano

En muchas legislaciones las obras materializadas sobre muros tienen protección por parte de los derechos de autor ( o propiedad intelectual en españa donde esta protección se clasifica de manera distinta) teniendo en cuenta eso es importante abordar el tema de una manera que sea de facil comprensión teniendo en cuenta los siguientes conceptos generales:

La protección del mural como obra artística.

Dado que se trata de una obra artística en su especialidad de mural, la cual tiene como soporte físico el bien tangible (muro) y sin duda alguna es una creación artística fruto del esfuerzo de varios artistas.

El derecho a la integridad de la obra

Se trata de uno de los derechos morales de autor, el cual es inalienable, inembargable, imprescriptible e irrenunciables, y consiste en la facultad del autor de oponerse a toda deformación, mutilación o modificación que atente contra el decoro de la obra o la reputación del autor.

Ya teniendo en cuenta lo anterior traemos a colación un caso concreto y se trata del Chicano Park localizado en el Barrio Logan de San Diego California.

El parque es el hogar de una importante colección de murales (67), así como de esculturas, earthwork (tierrarte), y una pieza arquitectónica dedicada al patrimonio cultural de la comunidad. Fue designado en el año 1980 como «sitio histórico oficial» por el San Diego Historical Site Board (Directorio de Sitios Históricos de San Diego) debido a la magnitud y significado histórico de sus murales, los cuales fueron reconocidos oficialmente como arte público por el San Diego Public Advisory Board en 1987.

Aunque el Parque empezó a desarrollarse desde el primer día de la ocupación, con mejoramientos de jardinería y los murales que le dieron fama internacional, no tuvieron inicio hasta 1973. Con pocas excepciones, los artistas y sus organizaciones recaudaron los fondos necesarios para comprar ácido murático para limpiar las columnas, acondicionador de caucho, y pintura, donando además su trabajo.

Las autoridades californianas prometieron a la comunidad construir un parque en el barrio, como compensación por la pérdida de más de 5 000 casas y negocios que habían sido expropiados para dar espacio a la construcción de la autopista interestatal 5 en 1963, y en 1969, del puente San Diego-Coronado.

Fue entonces cuando la mañana del 22 de abril de 1970, un estudiante llamado Mario Solis se percató de que en el terreno del futuro parque había una excavadora. Al preguntarles a los obreros qué construían, se enteró de que, en lugar de un parque, preparaban el terreno para construir un cuartel y un estacionamiento para la Patrulla de Carretera de California. Esto fue tomado como una ofensa y un engaño hacia la comunidad por lo que se movilizaron para denunciar la construcción.

Algunos manifestantes formaron “cadenas humanas” alrededor de la excavadora mientras que otros plantaron árboles, flores y cactus. Posteriormente, la bandera mexicana fue izada en un viejo poste telefónico, marcando la reclamación simbólica de una tierra que pertenecía a todos los miembros de la comunidad chicana. Cada año, el 22 de abril se celebra para conmemorar esto, el “Día del Parque Chicano”.